Una forma rápida y sencilla de hacerlo, con el 10% del trabajo que lleva la manera tradicional.
INGREDIENTES:
- 1 bolsa de bacalao congelado de mercachifle.
- 2 dientes de ajo.
- Aceite.
- Pimentón.
ELABORACIÓN:
Fundamental: descongelar correctamente el bacalao. Es decir: dejarlo descongelar lentamente, en la parte superior del frigorífico y no intentar hacerlo a toda máquina.
En una sartén con un poco de aceite, freír el bacalao por ambos lados. (Cuidadín al darle la vuelta a los lomitos o se te romperán) al que le hemos añadido un poco de colorante (no imprescindible, pero queda bien la mariconada).
No eches sal al bacalao, que ya suele traerla, aunque diga que no.
Retirar los lomillos y colocarlos en una fuente o directamente en el plato en el que vayas a servirlos.
En otra sartén con un poco de aceite (el culín de siempre), dorar los dientes de ajo que previamente habrías cortado en laminas (supongo, jajaja).
Al loro, que esto es importante para no escojonar el bacalao: cuando los ajos estén doraditos, como ves en la foto, RETIRAR DEL FUEGO y añadir el pimentón (un par de cucharaditas de las del café) dulce o picante, o una de cada, como te guste removiéndolo.
Si no lo retiras del fuego, se te quemará el pimentón y habrás jodido la receta y la pasta que te costó el bacalao.
Añadir por encima del bacalao que antes ya habías colocado en el plato/fuente y ...
¡¡¡¡QUÉ APROVECHE!!!!
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